Al analizar las curiosas figuras de las Venus del Paleolítico, muchos expertos concluyeron que las figuras habían sido hechas con proporciones exageradas, casi como una especie de extraña adoración de los escultores del mundo antiguo.
De acuerdo a Wikipedia, el primer descubrimiento fue la Venus de Brassempouy, en 1893, por Édouard Piette. Cuatro años más tarde, Salomón Reinach daba a conocer las estatuillas de esteatita de las cuevas de Grimaldi. En 1908 fue exhumada la famosísima Venus de Willendorf, en un campo de loess del valle del Danubio, en Austria. Esta última fue la primera de numerosas esculturas que se encontraron desde los Pirineos en Francia hasta las llanuras del lago Baikal en Siberia.
Se les bautizó con el nombre de Venus al extenderse la noción de que constituían un ideal de belleza prehistórica, pero estas fotografías permitirán vislumbrar un poco más sobre su misteriosa forma.



Figura 5. Vista de la parte superior de la figura de Willendorf desde la misma perspectiva usada en la figura 4.

Figura 7. Vista de la figura de Willendorf desde la misma perspectiva.

Figura 9. Vista de los glúteos de la figura de Willendorf desde una perspectiva similar a las usadas en la figura 8.
Estas fotografías son parte del estudio de Catherine Hodge McCoid y Leroy McDermott en 1996, el cual tiene por nombre «Hacia la descolonización del género: la visión de la mujer en el Paleolítico Superior«. En este se sugiere precisamente que las figuras no fueron hechas por hombres como originalmente se pensaba, sino que eran hechas por mujeres que se veían a sí mismas mientras estaban embarazadas, plasmándose así en las figuras.
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