«Esa noche estabas encendida.
‘Cómeme’, decías.
‘Saboréame’, pedías.
‘Bésame’, ordenabas.
Y yo, obediente, te hacía caso.
¿Cómo no hacerlo
cuando lo pedías con tanto amor,
con tanta urgencia?
Y te comí, como dijiste.
Te saboreé, como pediste.
Te besé, como ordenaste.
Y nos amamos, como deseábamos los dos».
«Deseo», de Salvador A. Pérez Rosas, 2010.