«Si tan sólo te tuviera a mi lado,
si pudiera mirarte de frente,
verías a un hombre enamorado,
deseando en sus brazos tenerte.
Si tan sólo pudiera probar tus labios,
si me permitieras besar tu piel,
quedaría de ella emborrachado
e hipnotizado por su sabor a miel.
Si tan sólo fuera posible tocarte,
lo haría por horas, tal vez días.
Besando de tu bello ser cada parte,
y amándote como jamás creerías.
Si tan sólo te tuviera a mi lado,
no te faltaría amor sincero.
Te diría por siempre encantado,
y hasta viejos qué tanto te quiero.»
«Si tan sólo», de Salvador A. Pérez Rosas